5 de julio de 2009

Las moscas

Estamos en la época de las moscas que son pesadisimas: Siempre recuerdo cuando se trabajaba con caballerías las moscas en el verano se posaban sobre las mulas les picaban con saña y les hacían unas sangrías impresionantes les chorreaba la sangre hasta el casco, sobre todo a la mula torda creo que le picaban mas que a las negras o pardas o es que al tener el pelo blanco se veia mas la sangre.
Hoy en día hay muchos productos para matarlas pero en mi niñez no. Os doy algún remedio para evitarlas, pero recuerdo que ponían bolsas de plástico transparente llenas de agua colgadas en diversas partes de la casa o la terraza para "espantar" a las moscas. su remedio tenia un 80% de efectividad según mis cálculos, pero pues funcionaba.
Pones a cocer tomillo, lo dejas enfriar y lo echas en un rociador, echas en ventanas y puertas y no se acercan, También vendían fluís a granel que se echaba con un tipo de maquina se esparcía y alguna si que moría, pero el matamoscas mas positivo era con un mandil darles aire y sacarlas a la fuerza no quedaba apenas ninguna, como las cuadras de las mulas estaban dentro de las casas se producían deprisa y había que sacarlas.
Poesía sobre las moscas de Antonio Machado.
Vosotras, las familiares,inevitables golosas,vosotras, moscas vulgares,me evocáis todas las cosas. ¡Oh, viejas moscas voraces,como abejas en abril,viejas moscas pertinaces sobre mi calva infantil! ¡Moscas del primer hastío en el salón familiar,las claras tardes de estío en que yo empecé a soñar! Y en la aborrecida escuela,raudas moscas divertidas,perseguidas por amor de lo que vuela, - que todo es volar -, sonoras rebotando en los cristales en los días otoñales…Moscas de todas las horas, de infancia y adolescencia,de mi juventud dorada;de esta segunda inocencia,que da en no creer en nada, de siempre… Moscas vulgares,que de puro familiares no tendréis digno cantor: yo sé que os habéis posado sobre el juguete encantado,sobre el librote cerrado,sobre la carta de amor,sobre los párpados yertos de los muertos. Inevitables golosas,que ni labráis como abejas, ni brilláis cual mariposas; pequeñitas, revoltosas, vosotras, amigas viejas,me evocáis todas las cosas.

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