8 de noviembre de 2009

La amistad







La amistad no se conquista, no se impone: En los pueblos todo el mundo se conoce, se saluda, cruzarse sin saludarse seria una ofensa en mis tiempos de niña, en Monteagudo de las Vicarias los hombres se juntaban en el mentidero en tiempo de ocio que es un rincón del arco en la barrera, allí batían el cobre y criticaban todo lo habido y por haber, siempre ha habido personas quisquillosas que tiran a dar, y a veces tenían muchas dicursiones por las aguas del pantano, que si cuando la sacan. que si donde empiezan a regar, todos quería empezar en su finca, pero nunca llegaba la sangre al rió, y al día siguiente ya se les había pasado el enfado y seguían con las contiendas y discusiones de siempre. otros eran guasones y pobre del que cojian por delante se le guaseaban en su cara, esto eran cosas cotidianas de cada día. Recuerdo en una ocasión que venían los gitanos a comprar un burro del tío nosecuantos, como los gitanos tenían lengua de trapo no sabían decir el nombre y les preguntaron a los hombres del caralsol que donde vivía, y allí se guasearon todo lo que quisieron, del tío nosecuantos y de los gitanos. Como en los pueblos había tanta gente, había gente para todo. Chicos por todos los sitios corriendo, jugando a la chara, al escondite, que va que va si no me trae caza la tengo pelar, que va, que va y que va, y a correr a pillar al que puede a la piola, al Jerónimo tintero, fuera de las horas de la escuela, corriendo hacían musculatura en la pierna y se hacían muy duros. Las mujeres yo las recuerdo de niña, con el moño en la cabeza y la toquilla de lana de oveja que se la hacían ellas mismas en la espalda, siempre vestidas de negro y muchas con el pañuelo negro en la cabeza, jugaban a las cartas en la calle, ponían un pandero boca abajo encima de un tarugo y jugaban al burro era lo que mas les gustaba y se lo pasaban muy bien. otras hacían calcetín llevando su cestilla para el ovillo de la lana y andando y haciendo el calcetín, otras hilando lana y andando.
Pero eso si toda la gente en los carasoles cotilleando, y contando refranes y cuentos inocentes, o cuidando de sus hijos, o nietos aprovechaban al máximo el sol para no gastar tanta leña en el invierno, había mucha economía pero tenia su aliciente esa forma de vivir y sobre todo no se conocía esa enfermedad del anfeimer que tanto se conoce ahora, se vivía menos años pero la gente mayor estaban astutas asta la muerte.
La amistad era muy buena por que estaban casi siempre juntas.
Hoy en día nos juntamos en el centro social los sábados y Domingos por la tarde tenemos juegos de todo pero lo que mas jugamos es a las cartas, así pasamos el rato entretenidas.

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