21 de septiembre de 2011

Cafe de Puchero

La lechera, el molinillo, y las tazas de china: el puchero y el morillo la cafetera de aquellos tiempos.




Una economia para hoy con la crisis.









No había cafeteras. Alguna conseguí ver -vasija expresa para hacer café; no cafetera a presión, en modo alguno- construida de manera artesana. Cafetera se llamaba, entonces, a aquella preciosa vasija de porcelana blanca, de asa azulada o negra, con gracias tapa incorporada y movible, y un elegante caño en forma de ese, que terminaba en boca de serpiente.
Esta era la cafetera, como vasija utilizada para servir el café desde allí a las tacitas de china o en los pocillos de vidrio o de cristal.
Pero el café se hacía en el puchero. Y de ahí que todavía queda la expresión "café de puchero", para distinguirlo del café concentrado o del café éxpres, obtenido, naturalmente, con cafeteras industriales o familiares a presión. La publicidad nos las pasa diariamente, utilizando todos los medios posibles.
La olla de barro o el puchero se arrimaba a la lumbre lleno de agua y cuando borbollaba -entre tanto, se había molido el café, mal molido, muy grueso, con aquellos molinillos de mano de madera- y se echaban tantas cucharaditas como personas iban a tomar la cafetera infusión. Y así, el agua se ennegrecía enormemente, y dejaba de hervir por la presencia de una substancia fría, sólida y densa. Entonces, con cuchara de palo, se daban vueltas intermintentemente a aquel agua negra, que cada vez tomaban más color, oscureciéndose más. Y llegaba ahora, cuando ya volvía a hervir de nuevo, un importante y sublime instante: torrefactar la mezcla, que consistía en coger con las tenazas una rolliza brasa de roble, soplarle todas sus caras, para aliviarlas de ceniza, y dejarla caer en el puchero, con lo que, naturalmente, el ascua se apagaba convirtiéndose en carbón, y decían las cocineras -aquellas increíbles y nunca bien ponderas cocineras rurales- que el café había adquirido su junto punto de sabor a café, y por supuesto -añadiríamos ahora, distinguiendo el aroma, el gusto que tiene el café exprés, de aquél insípido, un poco agua-dulce y turbia, que era el café que tomábamos- que había adquirido el justo punto de sabor a "café de puchero".
Se tapa la vasija que continuaba arrimada a la lumbre, algún breve tiempo, con la tapadera de barro. Seguía hirviendo con tizón y todo, y luego se colaba y se pasaba a la cafetera descrita, esa cafetera de porcelana con caño de serpiente, para servirse en las tacitas de china o pocillos y en los vasitos de vidrio y de cristal.
Era el café de la hermandad en el medio aldeano, de los años de nuestros recuerdos más lejanos, y que no podía ser más que el "café de puchero", torrefacto con la mejor ascua de la lumbre.


Pero todavía sigue pues se hacia así toda la semana con el mismo puchero sin fregarlo echando cada día el agua y la cucharada de café o achicoria y a veces cebada tostada en el horno del pueblo, pero el sábado de cada semana , se cocían las poses y se fregaba el puchero para ahorrar la cucharada del sábado. Que economía, y las chicas decían, yo no quiero café de sábado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

que curioso y la elaboracion impresionante.

SEO dijo...

En International nuestras cafeteras industriales están fabricadas con materiales de la mejor calidad y ofrecemos una amplia variedad de modelos; automáticas, semiautomáticas, para preparar diferentes tipos de café como expresó, americano, capuchino, etc.

sergio dijo...

Hola. Que sepan que el buen cafe de puchero no se hace asi. Se hecha el agua en el pote. A poder ser un pote que solo se use para esta elavoracion. Y lavado entre vez y vez unicamente con agua.
Se pone el pote al fuego. Y cuando comienza a hervir. Se para la ebullición con el cafe molido (un paquete por cada dos litros de agua). Se espera a que vuelva a hervir y se espera un poco a que "espumee".
Despues de esto. Sin haberlo removido en ningun momento. Se tapa con un paño y se deja reposar un rato.
Pasado este tiempo se remueve un poco y se va colando con la "manga" (el colador del cafe). Antiguamente esta no se lavaba. Solo se sacudia un poco. Por que dicen que al lavarla le entraba oxigeno. Y que era malo para el cafe.
Se deja que cuele solo sin remover la manga. Lo que si se puede hacer es que cuando este muy saturada. Tirar laa borras y seguir colando.

Unknown dijo...

Gracias por todos estos maravillosos recuerdos!!!! verdaderamente entrañables.

Unknown dijo...

Fenomena!!!.Queda muy bien ��.Gracias